La tecnología blockchain se constituye como una herramienta tecnológica mayormente conocida por la elaboración de criptodivisas y de plataformas descentralizadas de economías colaborativas. La adición de bloques a los conjunto de algoritmos asegura que las transacciones sean más seguras y puedan en muchos casos ser anónimas.
En ese orden de ideas, el blockchain está siendo utilizado ampliamente por innovaciones tecnológicas. Sin embargo uno de los usos más promisorios de esta tecnología es la elaboración de un sistema de fe pública basado en esta tecnología, idea que aunque no es nueva y ha sido propuesta por varios expertos, no ha sido abordada por los legisladores por falta de voluntad política y en especial por el gran poder político que ostentan los notarios.
Esta propuesta si bien utópica implicaría la dinamización de la economía, ya que a través de aplicaciones, biométricos y la seguridad blockchain se podría prescindir de trámites tediosos y se podría autenticar cualquier tipo de negocio jurídico en cuestión de minutos con solo acceso a un celular y a internet.
Por supuesto esto significaría que el tratamiento de datos debe ser autorizado por el usuario, al igual que ocurre actualmente con los aplicativos que han desarrollado los bancos para la solicitud de micro créditos en línea, en las cuales se autoriza el uso de la cédula, biométricos y reconocimiento facial.