La empresa familiar es el modelo más común de emprendimiento tanto a nivel local como global. De este modo, en países como Corea del Sur multinacionales como Samsung o en Japón la gigante Shimano son empresas familiares que han subsistido a lo largo de tres generaciones gracias a que han realizado buenas prácticas empresariales, dentro de las cuales se destaca el protocolo de familia para evitar conflictos.
Según cifras cerca del 80% de las empresas en Colombia son empresas familiares, la mayoría de las cuales funcionan de forma totalmente informal, pues no cuentan con un protocolo de familia, el cual puede constar, por ejemplo, de un esquema que contenga órganos corporativos y planifique la sucesión de la administración, los límites en la repartición de dividendos y en la venta de acciones.
Las empresas de familia suelen tener conflictos en las generaciones posteriores por cuanto existen disputas por el manejo de la empresa o como se afirma coloquialmente, “por utilizar como caja menor” los activos de la empresa para pagar universidades de nietos u otro tipos de gastos. Por lo tanto, el protocolo de familia se constituye como una herramienta fundamental para instituir qué familiares están dispuestos a participar activamente en la empresa mediante trabajo, cuáles tendrán únicamente la condición de accionistas y si se debe delegar la administración a terceros.
De igual manera, dentro del acuerdo de socios es común encontrar solicitud por parte de nuestros clientes para constituir mecanismos que aseguren el pago de estudios de las generaciones más jóvenes de forma proporcional, como la constitución de fiducias civiles y mercantiles y también la compra de pólizas estudiantiles.
Si usted tiene una empresa familiar o hace parte de una y quiere prevenir conflictos, o en su defecto ya tiene inconvenientes con sus familiares, le sugerimos establecer una estrategia jurídica de protocolo de familia en aras de optimizar las ganancias de su empresa y de mejorar sus relaciones familiares.